Los años pasan, pero siempre que se acerca este momento de la temporada, las expectativas que genera la pesca de limones en Mar del Plata se intensifican y provocan la llegada de muchos pescadores para intentar las capturas de esta voraz especie. Históricamente, los primeros días de noviembre suelen ser los que marcan el inicio fuerte de su actividad, siendo un pez que atrae al aficionado por su combatividad al ser clavado y que de acuerdo con las técnicas empleadas le da al pescador grandes satisfacciones.
Hace un tiempo en Weekend, Mariano De la Rúa, capitán de Aquafish, uno de los más emblemáticos prestadores de servicios en Mar del Plata, nos hacía un poco de historia de esta pesca. Según nos contaba, hace 40 años los pescaban con líneas de brazoladas largas de 1,5 m y cañas de 3 m para poder trabajar con dos anzuelos a diferentes profundidades. Tiempo después, se los empezó a trolear con calamares de látex y una riestra de plomos para que la línea profundizara y, más adelante, Tomás Restano se decidió a trolearlos con señuelos de paleta larga a los cuales se le agregaba una línea con tres brazoladas de calamares de látex. Así empezó la era del profundizador (reemplazando el señuelo) con una brazolada larga de alrededor de 2 m encarnada con un chipirón y la línea de calamares arriba. Con el tiempo, apareció el jig, un señuelo de plomo de forma alargada de diferentes pesos y colores, en una pesca que se hace de manera vertical, aunque para poder ejecutarla deberemos tener los peces debajo de la embarcación. Como advertirá el lector, las técnicas cambiaron, pero la especie nunca dejó de frecuentar nuestras aguas y hacía allí van cada mes de noviembre los distintos amigos que buscan al pez limón. Y en esa búsqueda embarcados, el éxito llegó en la salida del 5 de noviembre, con las primeras capturas de estos pelágicos de la temporada.
Aunque algunos pescadores particulares u otros aficionados pueden haber dado con algunos en días previos, fue por Aquafish que llegó a nuestra mesa de trabajo la noticia. A bordo de su embarcación Sin Apuro, encontraron un cardumen muy grande y pudieron disfrutarlo exclusivamente haciendo jigging. Los últimos años, su llegada había sido más tarde, pero, según contaban en redes, era de esperar que con los grandes cambios meteorológicos que se están manifestando en el mundo entero, se ha adelantado la llegada de la especie a la zona.
En una temporada muy buena en la que los salmones y meros son de portes increíbles, el limón es la frutilla del postre para una oferta piscatoria muy interesante, sin olvidar la chance de uno de los más ricos peces del océano Atlántico, la chernia, otra estrella que irrumpe por estos tiempos para deleite del pescador. Para agendar y programar una salida, sin dudas.
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