Con tan solo 20 años y un imponente físico de 2.18 metros, Enrique Medina se perfila como una de las grandes promesas del baloncesto venezolano. En su primera convocatoria a las ventanas FIBA, el joven pivote tendrá la tarea de enfrentarse a Argentina, mostrando el crecimiento que ha experimentado tras su paso por diversos escenarios internacionales.
Desde su debut profesional en Argentina y su posterior paso a Héroes de Falcón, Medina ha demostrado habilidades defensivas destacadas, como su capacidad para bloquear tiros y proteger la pintura, características que le pueden otorgar un rol crucial en la Vinotinto. Medina ha recorrido un camino que lo ha preparado para desafíos de alto nivel.
Jugó dos años con Regatas, participando principalmente de la Liga de Desarrollo y llegando a disputar dos partidos con la primera división. Su experiencia se expandió al ser seleccionado para la NBA Academy en Australia, un programa donde desarrolló su juego en contextos internacionales y trabajó aspectos físicos y tácticos que lo consolidan como una opción interesante en la pintura.
El espigado centro también cuenta con experiencia en el baloncesto europeo. Recientemente, fue adquirido por el Baskonia, aunque actualmente juega cedido en el Rioverde Clavijo de la Segunda FEB en España. Este paso no solo representa una oportunidad de crecimiento, sino también una consolidación como prospecto internacional.
Ahora, bajo la dirección técnica de Daniel Seoane, Medina buscará aportar su altura, alcance y defensiva a la selección venezolana. Además de su debut con la absoluta en los Juegos Panamericanos, donde terminó con la plata detrás de la Albiceleste, y torneos amistosos, su convocatoria para enfrentar a la Argentina en las eliminatorias rumbo a la Americup 2025 simboliza su primera cita de exigencia